La pandemia del Coronavirus Covid-19 mantiene a la humanidad en una carrera intensa por encontrar una vacuna efectiva contra el SARS-CoV-2.
Existen una gran cantidad de proyectos activos trabajando en el desarrollo de una vacuna experimental. Pero en realidad existirían sólo tres tipos de métodos o formulaciones que se utilizan de manera predominante para crear esta cura. Mismas que aquí les compartimos:
La FDA según sus protocolos no podría aprobar la vacuna contra el Coronavirus Covid-19 de la Universidad de Oxford en 2020. Pero Trump tiene un plan.
Vacuna basada en ARN (Lípido transportador)
Su desarrollo se basa en la creación de una molécula con material genético ARN de la proteína S del SARS-Cov-2.
Esta se envuelve en una membrana lipídica y se inyecta de manera intramuscular para que sea el único elemento del virus que se reproduce. Lo que obliga a generar una respuesta inmune.
Vacuna basada en adenovirus
El adenovirus es el que causa el resfriado común, y este se utiliza como base para albergar material genético que ayude a producir la proteína S.
La principal proteína que se debe emular y atacar para generar una respuesta inmune contra el Coronavirus Covid-19.
Diversos científicos y especialistas chilenos han sido entrevistados por el diario El Mercurio, para explicar a grandes rasgos en qué consiste cada una de estas técnicas. Sobre esta formulación, el virólogo Rafael Medina de la Universidad Católica señala:
Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado sobre vacunas contra el Coronavirus Covid-19.
Esto, a la larga genera una formulación inocua, que no infecta ni produce la enfermedad, pero que sí tiene la estructura de esa proteína, empacada de una manera igual o parecida a como se presenta en el virus real.
Lo que genera una respuesta inmune, y que el cuerpo lo reconozca como tal, y se generen eventualmente los anticuerpos que van a neutralizar el virus, si uno se reinfecta.
Las vacunas de Oxford/AstraZeneca y CanSino están basadas en esta técnica. El problema es que su efectividad anteriormente ha demostrado ser de tiempo limitado y con resultados no tan contundentes más allá de los ensayos clínicos de fase 2.
Vacuna con virus atenuado
La vieja confiable. Esta vacuna inyecta una muestra del virus prácticamente inactivo, lo suficientemente debilitado como para garantizar que se detone una respuesta inmune que erradique al intruso.
Desarrollar una vacuna de este tipo exige cuidados más extremos y su tiempo de creación es considerablemente extenso. De ahí que no sea el enfoque más popular para esta pandemia en particular.