Bill Gates lo dijo en su momento. El siguiente gran reto con la pandemia global por el Coronavirus Covid-19 será necesariamente la repartición equitativa de vacunas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo sabe, y con vistas a este escenario extremadamente complicado ha arrancado el proyecto del Centro de Vacunas Global COVAX
Bill Gates y su Fundación donan USD $250 millones para impulsar la investigación de medicamentos y vacunas contra el Coronavirus Covid-19.
Ahí países ricos con recursos y naciones en vías de desarrollo se unirían para apoyarse con el proceso de distribución de vacunas.
En un escenario donde los más avanzados deberían de compartir sus vacunas, conocimientos y recursos con quienes también necesitan urgente acceso a dosis que ayuden a contener la pandemia.
Es así como el directivo hizo un llamado a integrar a COVAX, fijando como fecha límite el 31 de agosto de 2020 para delinear los términos de operación del proyecto.
El problema del nacionalismo
Pero a la par manifestó un asunto delicado en torno a los países que están desarrollando tratamientos por y para sus naciones:
Debemos impedir el nacionalismo de las vacunas. Compartir los suministros finitos de manera estratégica y global es lo que de verdad le sirve al interés nacional de cada país.
Si bien existe un deseo entre los líderes de proteger primero a su propia gente, la respuesta a esta pandemia debe ser colectiva.
Esto no es caridad, hemos aprendido por las malas que la forma más rápida de poner fin a esta pandemia y reabrir las economías es comenzar por proteger a las poblaciones de mayor riesgo en todas partes, en lugar de a la población completa de solo algunos países.
Nadie está a salvo hasta que todos estén a salvo.
Hay sectores inquietos por la iniciativa COVAX, como la Comisión Europea, todo por la inercia de los costos de operación y velocidad de desarrollo.
A la par que muchos países, como México, están firmando acuerdos con laboratorios privados para producir y distribuir sólo entre sus naciones las vacunas.